El pasado martes tuvo lugar una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado de los EEUU, un paso previo muy inicial para aprobar los presupuestos de la Fuerza Aérea (USAF) para el año fiscal 2024. 

Avión U-2 en vuelo. Foto: Lockheed Martin.

Entre toda la documentación aportada, llamaba la atención la solicitud presupuestaria para el avión Lockheed U-2 Dragonlady, del cual la USAF tiene activos 27 aviones. Esta partida se ha reducido respecto a años anteriores, dejando claro que para 2025 la parte presupuestaria destinada a la modernización del avión se quedaría en cero dólares para el año fiscal 2025. 

La idea del gobierno estadounidense, es retirar este avión de la flota a finales de septiembre de 2025, para que ya esté completamente fuera de los activos disponibles para el año 2026. Lo mismo ocurriría con el dron de reconocimiento de gran altitud RQ-4 Global Hawk. Sin embargo, el gobierno se enfrenta a un problema y un dilema: el problema es que actualmente (si se retiran estas dos aeronaves) no hay otro avión capaz de hacer misiones de reconocimiento a gran altitud y el dilema es que los aviones han sido actualizados recientemente por Lockheed Martin, por lo que la vida útil de estos aviones está en torno al 25%, por lo que la venta de estos aviones a un operador privado para el gobierno podría ser una opción. 

En cualquier paso, parece que la opción más cercana es utilizar la amplia red de satélites de los que disponen las fuerzas armadas de los EEUU para realizar el trabajo que hasta ahora llevaban a cabo estos legendarios aviones.