En este artículo, os contábamos como decidió Airbus nombrar a sus aviones. Una pizca de suerte, algo de ingenio y mucha coincidencia hizo que hoy en día conozcamos los aviones de Airbus como A320, A330, A350…etc. Pero ¿y Boeing?
Boeing es un fabricante de aviones mucho más antiguo que el consorcio europeo, dado que se fundó en 1916 cuando comenzó a fabricar hidroaviones hechos con estructura de madera, un recurso natural muy abundante en Seattle. ¿Coincidencia? No, William E. Boeing eligió este enclave precisamente por eso. Apenas un año más tarde, Boeing empezó a suministrar aviones militares para la Primera Guerra Mundial, un hecho que impulsó a la compañía. Pero ¿y la serie 7? Paciencia, primero hay que conocer brevemente su historia, que no es tan directa como la de Airbus.
Una vez concluida la Primera Guerra Mundial, Boeing empezó a mirar más hacia el lado de la aviación civil y, concretamente, en el transporte de correo que fue una de las primeras y más importantes aplicaciones de la aviación de finales de los 20 y principios de los años 30. Sin embargo, el ambiente belicista cada vez era mayor y Boeing se adelantó diseñando nuevos aviones militares tales como el B-17. Este avión serviría como base para desarrollar futuros aviones de pasajeros, como el 337.
La guerra estuvo marcada porque Boeing estaba fabricando aviones a un ritmo de hasta 350 unidades al mes, lo que es una auténtica locura. Pero, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y dado que la demanda de aviones de guerra había bajado en picado, había que reorganizarse.
Boeing decidió reestructurar por completo la compañía y creó departamentos en función de las series que había creado, que son las que siguen:
– Serie 100 para helicópteros
– Serie 200 para los aviones de antes de la Segunda Guerra Mundial
– Serie 300 para los aviones civiles de después de la Segunda Guerra Mundial
– Serie 400 para los bombarderos
– Serie 500 para motores
– Serie 600 para cohetes
– Serie 700 para aviones comerciales a reacción
– Serie 800 para aviones experimentales
La serie 900 no estuvo predeterminada como tal a un aspecto concreto de la aviación, pero Boeing diseño y sacó a la venta un barco denominado Boeing 929 que utilizaba parte de la tecnología de los aviones a reacción para desarrollar este hidroala. Así que quizás podríamos decir que la serie 900 estaba reservada para barcos.
Una vez establecida esta clasificación para sus productos, Boeing sacó su primer avión comercial a reacción denominado…Boeing 367-80. Si, a la primera de cambio la compañía incumplió su propia clasificación. No obstante, el conocido coloquialmente como “dash 8 o dash 80”, se llamaría más tarde Boeing B-700. En el último momento, antes de que se presentara la primera unidad, alguien del equipo de dirección decidió llamarlo B-707 (Boeing B seven-o-seven). Aunque la razón oficial de esta decisión nunca fue desvelada, parece que simplemente se debió a que sonaba mejor el nombre en inglés, menos soso que B-700.
Boeing se jugó su futuro con el B707 y la jugada salió muy bien, dado que el avión consiguió muy buenas ventas (bueno, quizás ayudó un poco cierto tonel, pero ya hablaremos de eso en otro artículo).
Después de la introducción en tiempo récord del Boeing B707, el primer avión comercial a reacción de Boeing en 1958, le siguió en 1963 el Boeing B727. 4 años más tarde, haría su primer vuelo el actual superventas de Boeing, el B737 en su primera versión, la 100. En el año 1969, el icono de la aviación comercial conocido como B747 realizó su primer vuelo.
Pasarían 12 años hasta que un nuevo modelo de Boeing realizara su primer vuelo y este sería el B767. En este punto, Boeing se había saltado dos nombres: el B717 y el B757. Para el primero hay que esperar un poco más, pero para el B757 la respuesta es que este modelo fue desarrollado a la vez que el B767, pero el equipo que diseñaba el B767 se adelantó durante el desarrollo y finalmente estuvo listo para volar en septiembre de 1981, mientras que el primer vuelo del B757 fue poco tiempo después, en febrero de 1982. Por cuestiones obvias, se decidió no cambiar los nombres a los programas y finalmente el avión de pasillo único sería el 757 y el avión de doble pasillo se convertiría en el 767.
En 1994, echaría a volar el mayor bimotor del mundo, el B777 (en su versión 200) por lo que el siguiente avión sería el B787, pero no. Realmente fue el B717, el único hueco disponible entre los nombres de los aviones de Boeing y que había sido pasado por alto a finales de los 50 y principios de los 60.
Sin embargo, el B717 no sería un avión diseñado por Boeing, sino que fue el nombre que recibió el MD-95 a partir de la fusión de McDonnell Douglas con Boeing en 1999.
Y llegamos al que es, de momento, el último avión de Boeing: el 787. Este bimotor de nueva tecnología realizó su primer vuelo en 2009 y del cual ya se han fabricado 1000 unidades, siendo el avión de fuselaje ancho que más rápido se ha vendido y fabricado a lo largo de la historia.
Cuando el B787 afrontaba los famosos problemas de la batería, se estaba discutiendo si Boeing iba a desarrollar un nuevo avión de alcance medio que hubiera sustituido al B757, denominado como B797 NMA (New Midsize Airplane) diseñado para competir con el A321XLR y completar a los B737. Sin embargo, debido a los problemas prolongados del B787 y los accidentes del B737 MAX, finalmente el proyecto se canceló, aunque está guardado en un cajón y no se descarta que en un futuro (aunque no cercano) sea lanzado.
¿Qué pasará cuando este último avión sea lanzado al mercado y Boeing se quede sin números para los nombres de sus aviones?
Bueno, seguramente se pase a la serie 800, desplazando a los diseños experimentales que ya no son tan populares como hace décadas. Así que en unas décadas podríamos ver los B818, B828, B838, etc…