El pasado lunes 1 de julio, un Boeing 787-9 Dreamliner de la aerolínea española Air Europa que cubría la ruta entre Madrid y Montevideo (Uruguay) se tuvo que desviar de emergencia al aeropuerto brasileño de Natal tras haber sufrido una grave turbulencia durante el vuelo, una turbulencia que causó numerosos desperfectos en el avión pero que, por supuesto es lo de menos, porque lo material se puede reparar o sustituir.
Lo importante de esta turbulencia es que dejó 40 personas heridas de diversa consideración, incluidas algunas personas que precisaron atención en un centro hospitalario de Natal. Aunque quizás esta vez esta noticia ha tenido más repercusión dado que ha ocurrido con un avión español, lo cierto es que no es ni de lejos la primera turbulencia de este tipo. Ni tan siquiera es la primera que se registra este año y, al contrario de lo que algunas personas piensan, no ha sido culpa de la tripulación, dado que los pilotos y los TCP en todo momento actuaron conforme a la legislación internacional y a la operativa de la compañía, garantizando una atención especializada lo más rápido y de la forma más segura posible.
Turbulencias
Los aviones se mueven en el aire y con esto no estamos descubriendo nada nuevo. Por tanto, a los aviones les afecta cualquier anomalía que se encuentren a su paso, cualquier evento meteorológico en su ruta está previamente estudiado y las tripulaciones hacen lo máximo posible por la seguridad de la aeronave y por la comodidad de los pasajeros.
Hay muchas clases de turbulencias que aparecen en diferentes situaciones (eso ya es asunto de otro artículo), tanto naturales como artificiales. Si, las estelas turbulentas de los aviones también son turbulencias, dado que son perturbaciones del aire que pueden provocar una situación peligrosa para una aeronave.
Y, hablando de situaciones peligrosas, la mayoría de las turbulencias no revisten peligro para el avión, dado que los pilotos se encargan de desviar la ruta del avión en colaboración con el centro de control de tráfico aéreo. Las más suaves o aquellas que no se pueden rodear, se avisan con antelación y se enciende la señal de cinturones, encomendando a los pasajeros que permanezcan sentados por seguridad. Sin embargo, no dejan de ser momentos de incomodidad que en ningún momento revisten peligro para la aeronave o sus ocupantes.
Recordad que la prioridad número uno en la aviación y en cualquier compañía es la seguridad de los pasajeros y de la aeronave, por tanto, ninguna tripulación volaría por una zona insegura.
Turbulencias de aire limpio
Sin embargo, las turbulencias de aire limpio son un poco diferentes dado que, a pesar de ser perturbaciones, estas no se pueden prever ni detectar con los sistemas del avión porque que, como su propio nombre indica, son de aire limpio. A su alrededor no suele haber nubes que puedan indicar una posible perturbación del aire.
Las turbulencias generalmente se prevén durante las previsiones meteorológicas en ruta, con el estudio de los vientos en altura y de las tormentas, así como con el estudio de las corrientes en zonas montañosas que puedan provocar turbulencias de montaña. Incluso, las turbulencias también son avisadas por otras aeronaves que previamente han pasado por ellas.
Sin embargo, las turbulencias de aire limpio no se pueden predecir de ninguna forma y suelen ser más fuertes que las turbulencias normales. De ahí precisamente su peligrosidad dado que, en esos momentos de crucero, la gente normalmente se levanta para ir al aseo, las tripulaciones están de pie por el avión sin ningún método de sujeción de seguridad y generalmente suele haber objetos que puedan comprometer la seguridad de los pasajeros: desde bandejas de los asientos, ordenadores portátiles, carritos de catering e incluso bolsos o mochilas.
Todos estos factores hacen que las turbulencias de aire limpio representen cada vez más un peligro para la aviación comercial, dejando cada poco tiempo titulares especialmente en las zonas más cercanas al ecuador del planeta, si bien este tipo de alteraciones del aire se puede dar en cualquier lugar del mundo. Para ello, el mejor consejo, es que se permanezca fuera del asiento el menor tiempo posible y que cuando se permanezca sentado se haga uso siempre del cinturón de seguridad dado que al igual que en un vehículo, a bordo de un avión es nuestro gran aliado para evitar sustos.
Por nuestra parte, solo nos queda desear a los heridos una pronta recuperación y felicitar a la tripulación y a todos los pasajeros que ayudaron en esos momentos por su trabajo.
Maqueta Boeing B787-9 Air Europa EC-MTI 1/400
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